El escuchar un disco como este, me hace pensar en una teoría
propia. Si un grupo no alcanza el éxito en sus primeros dos discos, luego
lo tiene muy difícil, aunque realice el mejor álbum de Heavy Metal
de todos los tiempos. Claro que habrá cientos de excepciones, pero el
trabajo de gente como TAD MOROSE, JAG PANZER, o los mismísimos NOCTURNAL
RITES, con 6 discos ya publicados, sostiene en parte dicha teoría,
toda una garantía de calidad.
Este es el quinto trabajo editado de estos suecos, y ciertamente,
lo han bordado. Power Metal melódico, con el buen gusto por la melodía
actual, unido a la fuerza y empaque de las viejas glorias ochenteras. Con la
entrada en «Afterlife» (2000), del vocalista Jonny Lindqvist, el
sonido de NOCTURNAL RITES cambió notoriamente. Dejando
a un lado la fantasía y la pomposidad, para ganar en dureza y contundencia,
con una voz tan rasposa y pesada, como suave y melódica, recordando en
ocasiones al inmenso Thommas Rettke (HEAVENS GATE).
Siguiendo con el disco, decir que ha sido una vuelta al sonido
y la temática de «Afterlife», después del receso que
supuso la edición de «Shadowland». La evocación de
otros mundos y la lucha por salir adelante ante cualquier vicisitud son la lírica
que adorna cada uno de sus 10 temas, consiguiendo plasmar las sensaciones de
su temática en su instumentación, evocando paisajes, evocando
épocas, o evocando sentimientos.
La sensación que transmite este álbum después
de escucharlo muchas veces, es la de que estoy ante un inmenso trabajo que debería,
por justicia divina, auparlos a lo más alto. No hay más que notar
el poder del inicio con el tema homónimo para darse cuenta de ello, una
explosión de Heavy Metal en toda regla, a ritmo vertiginoso, con una
constante que se repetirá, el estribillo de subidón, poniendo
patas arriba hasta los caracoles. «Against The World», tiene unos
dibujos de coros a tres voces geniales, con unas melodías cercanas al
Hard Rock, sino fuera por la potencia vocal de Jonny, y de la contundencia de
una base magistral, a cargo de Owe Lingvall a la batería y Nils Eriksson
al bajo.
«Avalon» retoma en cierta medida el estilo de sus
inicios, mas happy y grandilocuente, con buen solo a medias entre teclado y
guitarra. La producción se ha realizado en su hogar, Suecia, y me ha
parecido fantástica, no solo por el sonido en si, sino por el tratamiento
que se le ha dado a los coros, sin saturar, y en momentos oportunos. La mezcla,
como no, ha corrido a favor de los Finnvox. «Awakeining» posee un
doble bombo ametrallador, con un estribillo épico con Jonny al límite.
No se pueden hacer cribas en semejante obra.
«Egyptica», con un fantástico teclado evoca
aquellos tiempos tan mágicos, un canto mitad rabia y mitad desesperación,
es el que Jonny utilizará para teletransportarnos. Ojo al interludio,
con percusiones similares a las de ANGRA y solo de teclado.
«Break Away», es más comercial e hímnica,
pero sin perder el gancho de las anteriores. «End Of Days», es más
directa y desafiante, me ha recordado, al trabajo que han realizado DREAM EVIL,
otro bastión importante de la nueva hornada de Power europeo. «The
Flame Will Never Die» es un medio tiempo, donde el voceras alcanza altas
cotas de sensibilidad, con un marcado ritmo y un interesante estribillo.
Llegados al final de tan magna obra, nos encontramos con dos
buenas piezas, sin alcanzar la calidad incontestable de las del inicio, pero
manteniendo a buen altura un listón altísimo. Se trata de «One
Nation», un delicado y veloz ataque guitarrero, y «Nightmare»,
otra embestida frontal intensa y directa, como debe de ser.
Teloneros de EDGUY en la gira, NOCTURNAL RITES
están preparados para saciar las ansias de buen Heavy Metal. Han conseguido
equilibrar la balanza, potencia y melodía a partes iguales. ¿Quién
dijo que el Power estaba muerto? ¿Quién dijo que el Heavy estaba
pasado? Aquí hay unas buenas razones para cerrar algunas boquillas. Genial.
Álex Sánchez
alex_sanchez@rafabasa.com
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