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Jueves 4 de Marzo de 2004 – Sala Macumba – Madrid
Si me remontase 10 ó 15, o más años en
el tiempo, y me contasen que en menos de dos meses iba a poder disfrutar de
la visita a mi ciudad de bandas del calibre de Y&T, UFO, MSG, Glenn Hughes,
Twisted Sister, Pretty Boy Floyd, exGuns’n’Roses, Dream Theater,
Graham Bonnet, Skid Row etc., sin duda que no les creería; bien es cierto
que la mayoría de los grupos mencionados disfrutaban de su máximo
esplendor en aquellas fechas, y es ahora, en sus horas bajas, y aprovechando
la crisis de creatividad de los grupos actuales cuando todas estas viejas glorias
han desenterrado el hacha de guerra.
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Mucha gente les puede tachar de oportunistas o de peseteros,
yo, y muchos más, encantadísimos de la vida, a fin de cuentas
hablamos de músicas, músicos de verdad, y que se ganan la vida
con lo único que saben hacer, y además en la mayoría de
los casos muy bien hecho, el refrán «sabe más por viejo
que por diablo» viene en este caso que ni pintado y el señor Hughes
y compañía así lo atestiguan.
Era la cuarta vez que Glenn Hughes visitaba
nuestra ciudad en relativamente poco tiempo, y ninguno de los que acudimos a
la sala Macumba teníamos la más mínima duda de que íbamos
a asistir a una gran noche de Rock, ésta vez con HTP.
La noche la abrió una banda española de nombre «Hombres niño», su estilo, enmarcado entre Bryan Adams y Bruce Springsteen quizá adoleció de un poquito más de caña, teniendo en cuenta lo que después se nos venía encima, aún así pusieron ganas y al final consiguieron animar al personal con alguna versioncilla, que para estos casos son de lo más sufridas.
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La sala llegó hasta los ¾ de entrada aproximadamente, y tras 20 minutillos de espera, «la voz» y su banda aparecieron ante un público expectante.
El set lo abrieron con «Hold On», y «Can’t stop rock&roll» de su segundo trabajo, con buen sonido en general y con un Glenn muy motivado; su pareja a las voces, el señor Turner empezó a darme mala espina, y al principio parecía que su volumen estaba bastante por debajo del de Hughes, aunque realmente lo que estaba por debajo eran sus cuerdas vocales. Aún así, era todo un privilegio para los asistentes tener delante a dos leyendas vivas del rock interpretando temazos como «I surrender», que fue con el que continuaron y con el que J. L. Turner se motivó un poco más.
Siguieron con otros dos temas de su HTP2, «Losing my head» y «Alone I breathe», con las que no bajó la intensidad del concierto, calentando a un público muy devoto. Acto seguido comenzaron a sonar los acordes de «Mistreated» y la gente se volvió loca, este fue sin duda el punto álgido de la velada, donde Hughes hizo alarde de todo su poderío demostrando que por él no pasan los años; acabó rodillas en tierra dándonos una lección de lo que es sentir en un escenario la interpretación de un clásico.
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Os habréis dado cuenta que hasta ahora no he mencionado demasiado al otro vocalista del evento; la verdad es que la diferencia de estado de forma entre uno y otro es bestial, y realmente no era el micro de Turner lo que estaba bajo de volumen.
Sinceramente yo me cuento como uno de sus admiradores durante una gran época de buenos trabajos, y soy el primero en apreciar el tono melodioso y el feelling con que impregnaba las canciones, pero de eso, tristemente se ha perdido mucho, y si además se pone al lado del monstruo de Hughes, difícil lo tiene.
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Y la noche no había hecho más que empezar; si alguien había ido a Macumba a escuchar clásicos históricos, la parejita no les iba a privar de ello, y como muestra: todas del tirón: «Gettin tighter» de «Come and taste the band», al igual que «You keep on moving», otra de las mejor recibidas, «Sail away » de la obra maestra «Burn», y entre este acopio de megahits purplelianos, otro hueco para el recuerdo de Rainbow con «Death alley driver», donde Joe Lynn Turner se emocionaba por momentos.
El ritmo del concierto no decreció en ningún momento, y Hughes no cesó de saltar y animar con sus gestos, y por su puesto con su voz a una concurrencia totalmente entregada.
Y continuamos con temazos, «Stormbringer» me volvió a poner los pelos de punta, el tono de Hughes es increíble, e inimitable. Lamentablemente la banda se retiró tras este último tema, dejándonos a todos con la miel en los labios, aunque la espera a que salieran a los bises mereció la pena. Regresaron al escenario con un tema de su primer álbum «Devil’s road», rápida y rockera, tras la cual sentenciaron con una de cada: «Spotlight kid» por Turner y «Burn» por Hughes.
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El show se nos hizo corto, aunque bien dicen que lo bueno si breve, dos veces bueno. A pesar de la diferencia de forma entre los dos frontman, todos salimos con una sonrisa de satisfacción de oreja a oreja, esperando un pronto regreso de»al menos» uno de ellos.
Texto y Fotos: Wences
Para ver las fotos a mayor tamaño, pinchar sobre ellas.
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