En poco más de año y medio, este es el tercer
trabajo de WARCRY. Su tesón, y la ascendente calidad de cada uno de los
discos, los han colocado en un lugar de privilegio dentro de las preferencias
de los seguidores del Heavy Metal patrio. Con este trabajo, han alcanzado su
madurez en todos los aspectos. Primero, por que ya es un grupo de verdad, donde
4 miembros son capaces de componer a un nivel igual que el de Víctor.
Segundo, por que la calidad instrumental cada vez es más patente, en
esta ocasión, en los solos de los dos hachas, Fernando Mon y Pablo García,
los cuales se han recorrido los mástiles a toda pastilla con gran empaque
y sabiduría, aunque algo carente de sentimiento en alguna ocasión,
todo sea dicho. Tercero, por que ha salido a relucir una figura, que se ha erigido
como imprescindible para los tiempos venideros en los asturianos, no es otra
que Manuel Ramil, impresionante su labor en los teclados, ganando protagonismo,
ya no solo en las ambientaciones, sino realizando algunos solos realmente efectivos
y espectaculares. Y el cuarto punto que avala la madurez de WARCRY, es en el
aspecto lírico, mucho más cuidado, y con una temática bastante
diferente. La soledad del guerrero tras la batalla, la autoafirmación
metalera, los himnos o los temas históricos, han quedado un tanto aparcados,
aunque como las meigas, haberlas hailas, en pos de historias de amor / desamor,
y temáticas más personales.
El sonido sigue siendo potente, de la mano de la base del fugado
Alvaro Jardón, y la batería de Ardines, el cual sigue teniendo
el mismo sonido que en sus tiempos en AVALANCH. Las rítmicas, han variado
su sonido, ya que ahora no tienen el protagonismo de antes, suenan un tanto
más bajas y no tan saturadas. La voz de Víctor, se muestra impecable
e implacable, sonando por encima de todo, la verdad es que su trabajo es para
quitarse el sombrero, se está alzando con un puesto de honor dentro de
los vocalistas del país, sabe dar el punto de emoción e intensidad
cuando la canción lo pide, al igual que el punto de rabia y mala ostia.
Entrando al trapo con los temas, la cosa empieza directa y
fuerte con «El Guardián de Troya», canción que podría
haber entrado perfectamente en «El Sello De Los Tiempos». Historia
guerrera y heroica con final trágico, Heavy Metal de gran nivel, tanto
en la estrofa, como en el puente como en el estribillo. Primer solo speed, de
una serie interminable.
«Ibería «es de mis favoritas, muy cercana
a los grandes himnos de su primer trabajo, tema típico de Víctor.
El estribillo es de esos que te tienes que aprender a la fuerza quieras o no.
El final es pletórico, «No busco banderas, ni estandartes ni blasón;
tan solo defiendo la tierra que me crió», genial. Espero que ningún
bobo malinterprete la letra.
«Despertar» es el estreno de Pablo García
como compositor, buen trabajo tío!!! Se nota su vena progresiva, claro
que ahora el término progresivo está un poco prostituido, cualquier
cosa con cambios de ritmo veloces o líneas que se salgan de lo estándar
se considera progresivo, pero bueno, ya nos entendemos. Estribillo veloz y largo,
costará más de entrar, pero lo hará, un tema instrumentalmente
muy bueno. Solo de piano, y de teclados al final del tema espectacular, al igual
que la batería de Ardines, innovando a cada disco, se nota que es un
currante en lo suyo.
«Lamento» es una oda a la soledad, compuesto por
el bajista Alvaro. Cuenta con uno de los mejores estribillos que hayan creado
WARCRY, aunque a decir verdad, todos son muy buenos, algunos temas pueden considerarse
flojos en muchos aspectos, pero a la hora del estribillo, suben el listón.
Buenas idas y venidas con las guitarras, en grandes cambios de ritmo, y un intenso
final, donde la voz de Víctor es la ley.
«Sin Tu Voz» es una balada de desamor muy al estilo
de «Cada Vez» de su primer trabajo. Sencilla y efectiva, nos da
seis minutos de tregua antes que llegue la descarga de uno de los temas que
será emblema, «Aire», otro corte dedicado al amor, con una
letra realmente triste, relatando ese trágico momento, cuando la parca
parte con su guadaña a dos personas, llevándose consigo a una,
y dejando a la otra viva sin estarlo. Desgarradora, notable alto para Víctor.
Ardines se emplea a fondo para seguir el trepidante ritmo de las guitarras.
«Junto A Mí», compuesta entre Ramil y Pablo
García, es en alegato a favor de la amistad, que empieza con esos ritmos
con sabor progresivo de los que hablábamos antes, también veloz
y con buenos solos de guitarra y teclado doblándose muy a lo STRATOVARIUS,
aunque en lo que respecta a las melodías vocales, tan cuidadas en todo
el disco, es de las más flojas. Seguimos con «Espíritu de
Amor», uno de los temas más elegantes, y de mis favoritos. Su temática,
según mi interpretación, versa sobre el amor roto por la muerte
como en «Aire», pero desde el punto de vista del que se va. Doble
bombo y un teclado puntual, con aires góticos, estribillo de subidón,
y lo mejor para el final, cantando a tres voces, y alehop, pelos del brazo de
punta.
«Fé» esta compuesta por Manuel Ramil, y
se nota, ya que las teclas son las protagonistas en dicho corte ya desde el
principio, con unas notas con aires árabes hasta la entrada de Víctor.
No tiene la misma intensidad que los temas compuestos por Víctor, pero
si que posee una instrumentación más técnica y complicada,
los solos del final así lo avalan. Para cerrar, «Reflejos De Sangre»,
el corte más largo, con casi 8 minutos, los duelos entre guitarra y teclado
aquí son constantes, Manuel Ramil se sale, no me canso de repetirlo,
su labor ha llevado a otra dimensión el sonido del grupo. Es un tema
similar al anterior, pero con unas mejores melodías, un tema que engloba
todo lo que WARCRY puede dar de si.
Gran trabajo, de esos que te van entrando poco a poco, que
cuanto más lo escuchas más te gusta. Al menos, en una semana,
me ha costado trabajo quitar el cd del reproductor. La eterna polémica
surgirá siempre, si Rionda se equivoco al echar a Víctor, si WARCRY
es mejor que AVALANCH… en fin, prefiero verlo desde el punto de vista positivo,
y disfrutar tanto de AVALANCH, como de WARCRY, dos de nuestras mejores bandas.
Álex Sánchez
alex_sanchez@rafabasa.com