Este es uno de los discos que llevaba más tiempo esperando en estos últimos
meses. La nueva propuesta extrema de una banda que poco a poco se va forjando
un, más que merecido, puesto dentro de la escena oscura polaca y mundial.
Ellos son DECAPITATED. Una banda maravillosa practicantes de ese Death Metal
técnico polaco con dosis brutales que les sitúa al nivel de algunos
de sus paisanos de más renombre como Vader, Behemont, Thy Disease, Yattering…
Hasta ahora con lo único que contábamos era con
una «promo» de ese primer «The Fury» que fue colgado
en Internet por la propia banda el pasado día 24 de diciembre -poco
después que otro sample de «Lying and Weak»- y unas pocas
declaraciones de algunos de sus integrantes. El tentempié era exquisito
pero, como todo plato de lujo, sabía a poco. Una inquietud irreductible
carcomía mi curiosidad desde hacía ya muchos meses para poder
degustar el que supone sucesor de aquel «Nihility» editado en el
2002 y del que me enamoré profundamente a las pocas escuchas. ¿Cómo
sonaría el nuevo trabajo? ¿Estaría a la altura del anterior?
¿Qué camino iban a seguir? Según Martin, bajista de la
banda, el disco iba a ser «muy muy fuerte» con un afilado sonido
de guitarra. Suena típicamente tópico pero de estos cafres yo
me fío. ¿Y porqué digo esto? Pues si echamos un vistazo
a su trayectoria, es la propia biografía de la banda la que certifica
esta garantía.
Estamos ante la que seguramente sea la formación extrema
más joven que jamás haya tenido una repercusión tan «grande»
en el mercado. Su primera demo, «Cemeteral Gardens», fue editada
en 1997, un año después de la fundación de la banda; cuando
los miembros contaban respectivamente con 15, 15, 13 y 12 años. Hagan
el favor de escuchar atentamente esta maqueta y juzguen si jamás lo hubieran
sospechado. Del mismo nivel fue su segunda demo, «The Eye of Horus»,
editada un año después y que les permitió participar en
diversas compilaciones de sellos underground junto a otras bandas amateur.
Fue mediante uno de esos discos, «The Polish Assault»,
que Relapse (un sello que, pese no ser del todo metálico, olfatea siempre
el talento con apuestas arriesgadas y loables sin importarle las modas o tendencias.
Es el caso de Dysrhythmia o Mastodon p.e.) les abrió paso a la «fama»
y les hizo fichar por Earache -lo mismo que hicieron con Vader- pese contar
con innumerables ofertas. Desde la fecha, la banda ha editado cuatro trabajos,
a cual más bueno, realmente increíbles de un nivel y una técnica
poco común, consecuencia de años de estudio académico y
una cultura musical patente en las frías y oscuras tierras al norte del
viejo continente. A años luz de España desgraciadamente.
En esta ocasión el grupo ha contado con el mando técnico
de los hermanos Wieslawski en los estudios Hertz de Polonia. El resultado es
igual de apetitoso que en Nihility y, por supuesto, mejor que el de aquel «Winds
of Creation» producido por Peter de Vader -gran influencia con la
que la banda ha girado en numerosas ocasiones, como es el caso de su pasado
tour por nuestro país, en el 2000-. Los gruñidos son monstruosamente
acojonantes y, dentro de lo que cabe, descifrables. La batería es igual
de precisa y milimétrica e incluso con un doble bombo todavía
más veloz que en su anterior trabajo: brutal.
Los riffs siguen impecables de la mano y dedos de una de las
jóvenes promesas polacas reconocida a las seis cuerdas. Su efebo guitarrista
Vogg. El bajo sigue donde tiene que estar. Sin tapar el sonido ni saturarlo
pero tampoco escatimar en presencia. Ese desafío en el umbral del equilibrio
que tanto afecta a la música extrema.
Fijaos en cualquiera e los cortes que completan este disco.
El primer «The Fury» es un tema rápido, agresivo, con una
fragancia a los Morbid Angel de la etapa media realmente espasmódica.
Gran juego con los platos. Todo en su lugar, el caos bajo control. Con un título
así no hay cabida a la ironía. Muy en la onda de anteriores trabajos
como «Names» o cortes más añejos como aquel «The
Eye of Horus» que abriera su «The First Damned» del año
2000. Sin duda alguna será himno sine qua non de su setlist habitual.
De lo mejor del disco.
«Three-Dimensional Defect» es otra oda al mal gusto
de linaje algo más elaborado que el anterior pero aún así
excelente como segundo corte. El riff del principio les recordará mucho
a «Spheres of Madness» o «Mother War» del Nihility sin
llegar al nivel técnico de estas. Sobresaliente la labor de la base rítmica
en este tema. Estamos sin, lugar a dudas, ante una de las bandas más
técnicas de la escena extrema junto a formaciones tales como los Martyr
canadienses, Meshuggah, Hate Eternal o Theory in Practice entre muchas otras.
Un tercer «Lying and Weak» es otro ejemplo del
legado que grupos como Suffocation han ejercido sobre estas nuevas depravadas
generaciones. Un tema algo más heavy que los anteriores, sobretodo en
la línea de las guitarras. Bastante resultón y tremendamente galopante.
¿Quién se atreve a echar un polvo al son de este tema? «Sensual
Sickness» es un cuarto track que me recuerda un poco al estilo de unos
Slayer de la primera etapa optimizada con una técnica puramente norteña
y sin abusar tanto de la palanca a nivel de solos. Tiene pequeñas reminiscencias
a Deicide. Como veis, un abanico de influencias. Sé nota que este pequeño
gran grupo ha mamado mucha maldad pese su corta edad. Quizás es en cortes
como este donde se puede apreciar una pequeña pega que he encontrado
al disco. La batería posee un doble bombo veloz, pero durante las estrofas
y los puentes las manos son demasiado lentas, no pesadas, más bien cansinas.
Tras un típico interludio a lo Morbid Angel llamado
«Calling», -ciertamente obviable aunque pasable- en el que se juega
con unas chirriosas guitarras y armónicos agudos llega el sexto y uno
de los mejores cortes del disco. «The Negation» es un tema pesado
y algo menos revolucionado que lo escuchado hasta ahora que se encarga de poner
la guinda a lo disfrutado a lo largo de seis temitas. Quizás cinco minutos
de duración se hacen un poco agobiantes siendo ritmos tan «lentos»
pero tampoco resulta aburrido. Una canción muy en su línea de
composición a mitad de disco. Si has escuchado sus trabajos anteriores
te darás cuenta de ello. Es uno de los momentos donde mejor se aprecia
la leve mejoría -ya que el caché era de por sí alto-
a nivel de voces respecto a su anterior redondo.
La calma es más bien nula. «Long-Desired Dementia»
da título a tres minutos y medio de otra cuenta atrás a la locura
de corte polaco a lo Behemont, sobretodo al principio de la canción.
Los punteos son calcados a Morbid Angel. Brutal. Se alternan pequeños
parones con pasajes de picking sincronizados con ese doble bombo incesante.
Recuerda un poco a aquel «»Perfect Dehuminisation» de su, como
no, Nihility. El final transcurre entre momentos de velocidad extrema y ritmos
machacones que dejan un leve aroma a Meshuggah también en esta ocasión.
Y como todo cuento de hadas, el final sigue siendo feliz. «The
Empty Throne» es el epitafio de tu subwoofer que, pese ser más
que correcto, me resulta un tanto insípido como despedida. Es un tema
algo más heavy, sin mermar en brutalidad, e igualmente trepidante. Qué
miedo… no me extraña que el rey haya abandonado su trono…
¿quién será ahora el «King of All Kings» señor
Rutan? Tendremos la ocasión de decidirlo en el «ruedo» cuando
vengan a vernos.
Respecto a las fechas del directo, algo se sabe. Estos chicos
pegan duro y nosotros no nos vamos a librar. Me gustaría saber porque
ya no acompañarán a Cannibal Corpse en su gira americana. ¿Tendrán
miedo los caníbales de un cuarteto de mozalbetes? Finalmente no será
con Morbid Angel sino con Mayhem -y puede que Krisiun- con quienes tendremos
la oportunidad de verlos en vivo entre abril y mayo por nuestro país.
Poseo un pequeño fragmento en vídeo de su actuación en
el «Thrash’em All 99» y todo lo que puedo decir es que no
defraudan. Atención a la Bonus Track que no valoro al no tener: «Lunatic’s
of God Creation» de Deicide. Espero que en esta ocasión guarden
mejor suerte que con aquel «Mandatory Suicide» de Slayer, tocado
exactamente igual aunque a mayor velocidad y con una pérdida de atmósfera
bastante común en las versiones de esta gente -Suffer the Children
de Napalm Death es también el caso más reciente-. Es lo único
reprochable de ellos. Si las malas lenguas se quejaban de la excesiva duración
de sus trabajos para el estilo que profesaban, tendrán que callarse la
boca en esta ocasión porque las pesadillas acaban a la media hora.
Y aunque quede feo decirlo eso ha sido todo. Un disco increíble,
maravilloso, seguramente el mejor disco del mes pero, aún así,
que dista bastante de la obra maestra anterior a este «The Negation».
El nivel estaba muy alto. Las composiciones no están tan elaboradas ni
son tan lúcidas. En esta ocasión, parece ser que el grupo ha querido
centrarse más en hacer algo cañero a la vieja usanza que en su
afán por innovar. La impresión en general es de mayor pesadez,
más ritmos machacones y riffs más demoledores y quizás
no tan complejos.
Daniel Rubio López (Fanzine: «Era del
Metal») daniel_rubio@rafabasa.com
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