Cuando tuve la suerte de escuchar el disco en el estudio ya me pareció
el maravilloso y magnífico álbum que es. En la escucha ya noté
y sentí la aureola de obra maestra que posee de principio a fin. Eso
si, la principal diferencia entre lo que anoté en el estudio, y una vez
que un servidor ha podido saborearlo en su reproductor doméstico es que
en el estudio me pareció un disco complejo y complicado de digerir a
la primera; ahora que lo he podido escuchar atentamente esa idea ha cambiado.
El álbum no solo es una gran obra sino que a pesar de su trabajo de elaboración,
los múltiples instrumentos tocados, las voces, los arreglos, melodías
nada típicas y altamente originales y auditivamente distintas a las standard´s…
el disco es un álbum que encantará a los fans de la banda y a
un montón de amantes del rock de calidad. Sigue poseyendo retazos power,
pero no tantos como en anteriores entregas, está basado un temas de gran
composición e interpretación, y en algunos fragmentos tiene cierto
aire «death melódico», sobre todo en las guitarras, y un
par de bramidos iniciales producidos por la voz de Enrik. Por encima de todo
es un álbum que nada tiene que ver con las manidas etiquetas. En definitiva,
éste «Dark Moor» no es un disco sencillo de elaborar, pero
tampoco es un álbum que para poder sentirlo y entenderlo haya que ir
a la Universidad. Una vez que te metes en él se apodera de ti, te engulle,
te conquista; su calidad se aúna con el imán que éste disco
posee, y se convierten en la llave que hacen de éste una obra de enormes
magnitudes.
Una de las principales incógnitas era averiguar como
cantaría el nuevo vocalista Alfred Romero, algo lógico tras la
salida de Elisa. En mi opinión su labor es impecable, usa los mismos
tonos y parecidas formas que la saliente, pero con su propia impronta y personalidad.
Hay fragmentos y melodías de la voz que parecen cantadas por la anterior
vocalista, algo hasta cierto punto lógico ya que Alfred canta con un
timbre y un tono muy parejos, esto último motivado por quien compone
las brillantes y personales melodías de las canciones, en definitiva
Enrik, quien ya compuso las mismas de los anteriores álbumes de DARK
MOOR, y eso se nota. Es claro que la banda, especialmente el citado
Enrik y Anan, han sabido elegir a su nuevo frontman. Alfred además de
tener una ilusión que vale su peso en oro posee cualidades demostradas
en éste álbum, calidad, y ese timbre que hace que el cambio de
cantante en éste grupo no sea ni radical ni nos suene tan distinto como
para decir: «Estos nuevos Dark Moor son muy distintos a los de Elisa».
Todo lo contrario, la elección ha sido perfecta, al menos para el álbum.
Ahora el reto es el directo. Hablando de la voz de Alfred en el disco, si comentaré
que en mi opinión, ésta suena en general un poco baja; supongo
que será cuestión de gustos, producción y concepto.
«A Life For Revenge» comienza con una leve intro
de voces. Su estructura guarda cierto paralelismo con la línea sonora
de los anteriores y vigorosos DARK MOOR. Las guitarras rugen,
los arreglos son el combustible perfecto para su óptimo funcionamiento,
Alfred canta muy bien, los teclados están colocados sabiamente en su
sitio, el bajo marca el ritmo y suena en un plano perfecto, y la batería
además de ser un reloj es muy compacta y contundente. Es un gran inicio
que termina otra vez con coros muy conseguidos.
«Eternity» comienza con el sonido del clavicordio,
posee cierto aire a polka rusa, su doble bombo aniquila, el puente y el estribillo
parecen pertenecientes a cualquiera de los anteriores discos del grupo, pero
la construcción del tema es altamente propia de maestros, justo lo que
demuestra ser Enrik en todo el disco. Con un buen solo de guitarra y una variante
propia de la música clásica la canción desemboca en unos
toques de arpa y su puente y estribillo enormemente pegadizos. El final es «de
película».
«The Bane Of Daninsky, The Werewolf», dedicado
al actor español de terror Paul Naschy , es el que a priori mejor puede
funcionar en directo. Es un cañonazo de calidad y asequibilidad, con
un inicio cantado por Alfred con cierto aire a lo Helloween, un arranque sonoro
rotundo y una melodía principal de guitarra protagonista y altamente
comercial. Alfred interpreta magistralmente la letra del tema y el estribillo
vence por goleada con una melodía que será coreada múltiplemente
en vivo.
Las voces y coros, tras una decisiva batería, abren
un gran tema como es «Philip, the Second». De nuevo las melodías
de la voz son geniales así como la construcción del tema. Parece
hecho para una película, ¡¡es enorme!!
«From Hell» es un single buenísimo. Posee
una estructura perfecta y unas melodías terriblemente buenas. Es el corte
más comercial del disco, un himno «gana batallas». Se inicia
con unas guitarras muy a lo Children Of Bodom, y seguro que va a ser el tema
bandera del disco.
Precedido de ambientes medievales producidos por las voces,
suenan unas guitarras rotundas y uno de mis temas favoritos del disco. La melodía
de voz de Alfred,-que vuelve a demostrar su gran nivel-, es contestada por voces
de niñas deliciosas. La construcción de ésta es soberbia
y el estribillo encantador. Me embarga su solo de guitarra. En la parte central
suena el piano y la voz de Beatriz Albert resulta majestuosa y preciosa. Ésta
nos hace pensar si su elección como cantante principal también
hubiera sido la correcta, pero eso ya es cuestión de gustos y planteamientos
propios del grupo… Lo cierto es que su intervención en el álbum,
y en el tema «The Mysterius Maiden»,-solo en su maxi de anticipo-,
son la elegancia y porte personificados. También es verdad que si Beatriz
hubiera sido elegida como frontwoman, la banda hubiera cambiado demasiado si
comparamos los nuevos DARK MOOR con los de anteriores batallas;
con Alfred la continuidad es más natural y lógica.
Tras una intro instrumental, suena «Wind Like Stroke»
uno de los temas más heavy´s del disco. Este junto con los tres
siguientes forma una mini ópera rock dedicada a la figura de Attila,
rey de los Hunos. Posee cierto aire demoníaco en las guitarras. La voz
de Alfred es protagonista, rabiosa y poderosa. Este es otro de los himnos que
a priori mejor funcionarán en directo. Como el resto del disco está
sumamente trabajado, sus arreglos son soberbios, combinaciones de instrumentos,
etc. La batería y sus contratiempos a doble bombo son de los más
acertados. Las voces centrales y las contestaciones de Alfred vuelven a ser
«de chapeu».
El tema 9, «Return For Love» se inicia con unas
brutales guitarras a lo death melódico para perderse en la melancolía,
cantada con sentimiento y rabia. El solo de guitarra es estupendo, y los arreglos
de teclados están hechos con sumo gusto. Su estribillo decadente es perfecto
para un tema de éste corte.
El corte 10 «Amore Venio» es una demostración
lírica de voces que da paso a otro corte matador: «The Ghost Sword»,
el último dedicado a la figura de Attila, es otro temazo, con una melodía
principal de guitarra y un estribillo buenísimos.
La pista final parece una obra teatral en su inicio. «The
Dark Moor» es un buen tema, pero tristemente no me acaba de convencer
su estribillo, aunque posiblemente sea de los que mejor funcione en directo.
La interpretación de Albert y la intervención de Beatriz es de
nuevo de sombrerazo. El vals de su parte central es exquisito en todos los aspectos.
Un gran final para un álbum extraordinario. Gran culpa
de ello tiene el cerebro de un genio: Enrik, guitarrista y, como a mi me gusta
decir, «alma mater» de unos DARK MOOR enormes y
renovados no solo por la voz de Alfred, también son nuevos en la banda
el guitarrista de ARWEN José Garrido y el batería Andy C., ambos
de gran nivel.
Un discazo, sí señor.
Rafa Basa