La banda italiana que junto a RHAPSODY encabezaron hace pocos
años la gran explosión del spaghetti metal, vuelve a la palestra
con su cuarto larga duración. Ahora reconvertidos en quinteto tras
la traumática marcha del que todos creíamos líder indiscutible,
Olaf Thorsen. Parece ser que la cosa no es así, y han decidido seguir
el camino sin él, y bueno, decir que la mayor sorpresa, es esa, que
a pesar de la marcha del capo, no hay grandes sorpresas.
Después de un álbum decepcionante como fue
«Sons Of Thuder», en gran medida por culpa de la pésima
producción del trabajo, y tras tener que soportar la losa, de intentar
superar un álbum tan impresionante como «Return To Heaven Denied»,
con este nuevo disco, unen el estilo del anterior con la fuerza de su obra
culmen, creo que han pretendido hacer un compendio de los dos álbumes.
Ciertamente es un buen disco, pero muchos de los temas, carecen del gancho
que hace conectar al grupo con el oyente.
El sonido, naturalmente, es mucho mejor que en «Sons
Of Thunder». La voz de Roberto Tiranti suena por encima del resto de
instrumentos, dando más énfasis a sus dotes, a pesar de todo,
creo que a veces sube demasiado el tono, y no se encuentra muy cómodo,
solo es una apreciación personal. La guitarra, ha corrido a cargo de
Andrea Cantarelli, un muy buen trabajo, su estilo es más comedido y
no tan llamativo como el de Olaf, aunque realmente es menos espectacular.
La base conformada por el bajo Cristiano Bertocchi y la batería de
Mattia Stanciou es sublime, uno aporrea la batería de forma magistral,
sacando ritmos de donde otros no podrían, un músico que para
nada se hace monótono, y las líneas de bajo de Cristiano tres
cuartos de lo mismo. He dejado para el final a lo que yo pienso, es uno de
los mejores teclistas de la escena, Andrea De Paoli. No es un músico
con un esquema definido, ni con un sonido especifico, ya que tanto utiliza
samplers, como hammnod, como piano clásico… lo que le echen, y todo
en su justa medida y con sumo gusto. La ausencia de Olaf, le ha dado muchísimo
más protagonismo.
El inicio es con «The Prophet», muy alentador
realmente, una buena estrofa, y un estribillo que no acaba de cuajar del todo,
lo mejor las teclas de Andrea De Paoli. «Livin’ In A Maze»
tiene un estilo muy similar a su anterior obra, (ese disco con buen sonido,
podría haber dado mucho más de si, una pena). «This World»
se inicia con un espectacular bajo, y sigue la tónica general de buen
tema, pero sin pasar de ahí. «Just Soldier» es un tema
ultra veloz, al estilo de su aclamada obra «RTHD», y a la postre,
uno de los mejores del álbum. «Neverending Rest» es la
balada, muy bonita por cierto. En «Terzinato» vuelven a pisar
el acelerador, espectacular la batería y los continuos cambios de ritmo.
«Slave To The Night», Andrea se sale con la programación
a lo largo de todo el tema, buen corte, de lo mejor, poderoso y enérgico.
«Synthetic Paradise», como todos los temas del disco, empieza
de forma sublime, y se hunde cuando parece que vaya a llegar lo mejor. «Hand
In Hand» es un tema intenso, con un estilo más Hard que Heavy,
pero sin bajar la potencia. El cierre con «When I Will Fly», nos
muestra el otro lado de la banda, con samplers y con piano, una balada muy
a lo QUEENSRYCHE de la última época, que paradójicamente,
para mi, es lo mejor del álbum.
Creo que claramente, este puede ser un álbum de transición,
que aunque tenga personalidad propia y mucha calidad, le falta algo, algo
que pueden conseguir si siguen por esta senda. Que nadie tema por la marcha
de Olaf, nos podremos seguir perdiendo en este laberinto un buen tiempo.
Álex Sánchez.
alexsanchezcerro@telefonica.net