Definitivamente Overkill han vuelto al redil. Después de ciertos
experimentos en Killing Kind y From The Underground And Below, y si con Necroshine
se acercaron más a sus raíces, y en Bloodleting seguían
la línea aunque seguíamos encontrando ese rollito medio funky
en las bases rítmicas (siempre hablando de Overkill claro), con éste
Kill Box 13 han vuelto a su estilo potente y machacón, aunque mucho más
cercano a discos como WFO o Horrorscope, que a sus primeros lanzamientos, lo
cual no está nada mal.
El álbum se abre con un tema algo atmosférico titulado Devil
By The Tail, que continúa los últimos pasos de la banda, pero
en temas como Damned, Struck Down, pura caña, Unholy, clásico
Overkill aunque con algo de modernidad o I Rise , nos reencontramos con la banda
de Bobby Blitz y DD Verni.
The Sound Of Dying es más machacona pero con caña, y vuelve a
recordar los buenos tiempos de la Overkill, al igual que The One, con unas guitarras
un tanto sorprendentes en Overkill. Por supuesto siguen explotando su vena más
Black Sabbath en Crystal Clear o en No Lights, pero eso es algo que ya se ha
convertido en marca de la casa desde hace muchos años.
Algo que ha ganado mucho son las guitarras, mucho más cuidadas y con
más matices, de hecho han incluido de nuevo a otro guitarra al lado de
Dave Linsk, Derek Tailer.
También la producción ha cambiado, las guitarras no están
tan graves, lo cual nos vuelve a recordar a los primeros tiempos de la banda,
ahora donde si encuentro que han perdido algo, ha sido su sonido característico
de bajo cortesía de DD Verni.
No me entendáis mal, sigue estando ahí, pero sin duda no tiene
el protagonismo de antaño. Quizá ha sido necesario el cambio para
eliminar los rollitos funkies y «saltimbanquis» que la banda solía
incluir. Lo que si agradezco es la perdida de sonidillos y de ciertos armónicos
de guitarra que le daban al asunto un toque demasiado moderno.
En definitiva un gran disco de vuelta de Overkill, ahora donde se disfruta
ésta banda es en un escenario, sea como sea el disco, pura caña
y agresividad, llena de nervio y de adrenalina, sobre todo por parte del tremebundo
Bobby Blitz.
Si os gustan Overkill de verdad, no dudéis ni un segundo.
Antonio Cerezuela